Los disolventes (en el contexto de los productos para uñas, ya que el agua es un disolvente) son sustancias químicas como la acetona, el acetato de etilo, el acetato de metilo, el acetato de butilo o el tolueno. Son capaces de disolver ciertos productos o romper sus enlaces. Se utilizan habitualmente en los esmaltes y quitaesmaltes. Suelen ser volátiles y son el método utilizado para secar el esmalte de uñas, ya que mantienen el producto líquido hasta que se exponen al aire y se evaporan y dejan los pigmentos y otros ingredientes (como plastificantes, etc.) como recubrimiento de la uña. También se utilizan en los deshidratadores de placas de uñas para limpiar y desengrasar la uña en la preparación para la aplicación de un recubrimiento.
Los agentes patógenos (con la posible excepción de las esporas de hongos) son incapaces de sobrevivir en un producto con un alto nivel de disolventes. Por eso es seguro utilizar esmalte de uñas en varias clientas sin propagar ningún agente patógeno.
(Véase también alcoholes)