En una articulación afectada por la artritis, el cuerpo intenta protegerla creando una almohadilla de líquido, de forma muy parecida a la ampolla que se puede sufrir cuando se llevan zapatos nuevos. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de intentar proteger la zona afectada por algún tipo de fricción.
El mismo tipo de acumulación de fluido es también lo que ocurre cuando nuestro cuerpo trata de protegernos de productos químicos nocivos, como vemos que ocurre cuando experimentamos una alergia a los recubrimientos de uñas. El fluido se acumula bajo la piel causando pequeñas ampollas, estas ampollas son cojines naturales que protegen nuestra capa de epidermis de más invasión (química).