En un salón de belleza, cuando un recubrimiento de uñas artificiales ha alcanzado el 90 por ciento de polimerización y ha alcanzado la resistencia prevista, conteniendo sólo niveles muy bajos de monómeros sin reaccionar, se considera seguro.
En un salón de belleza, cuando un recubrimiento de uñas artificiales ha alcanzado el 90 por ciento de polimerización y ha alcanzado la resistencia prevista, conteniendo sólo niveles muy bajos de monómeros sin reaccionar, se considera seguro.