Suele referirse a una reacción fisiológica que se desarrolla rápidamente durante una exposición breve (aguda) a una sustancia química o tóxica. Los síntomas pueden ser graves, pero remiten cuando cesa la exposición.
Debe tomarse como una advertencia de que se ha producido algún daño en la piel o en el cuerpo.
Algunos ejemplos de efectos agudos sobre la salud son mareos, irritación cutánea e irritación de garganta.