La higiene es un aspecto crucial para el éxito de un salón de manicura, es muy importante garantizar la seguridad de ambos, técnicos de uñas y los clientes son prioritarios en todo momento. Los empleados tienen el deber de cumplir la normativa gubernamental, garantizando que sus salones sean entornos limpios y minimizando así cualquier riesgo de contaminación cruzada, propagación de infecciones y problemas de salud a largo plazo para los empleados. Las prácticas higiénicas también se han convertido en un punto central durante la actual crisis de salud pública, y todos los trabajadores deben poner de su parte para garantizar que sus respectivas comunidades se mantengan lo más seguras posible.
En un salón, donde se realizan procedimientos similares con cada cliente, los empleados deben conocer los riesgos de contaminación cruzada. No esterilizar el equipo, las mesas y los asientos antes de pasar de un cliente a otro puede propagar gérmenes y, en última instancia, provocar infecciones. Además, las herramientas de madera o de "un solo uso" no deben reutilizarse, y las de metal deben limpiarse a fondo y empaparse en desinfectante antes de volver a utilizarse. Deben colocarse toallas de papel desechables frescas en la mesa para cada servicio, y tirarlas una vez terminado. Es fundamental que los empleados respeten estas normas, para que puedan ofrecer un servicio eficaz y seguro que satisfaga a sus clientes.
Las herramientas están limpias y se ha evitado el riesgo de contaminación cruzada, pero sin duda la fase más crucial de la higiene es cuando se trabaja con un cliente.
Los salones de manicura suelen ser lugares muy concurridos en los que se atiende a muchas clientas al día; además, los técnicos de uñas tienen que trabajar muy cerca de sus clientas. Este estrecho contacto puede suponer un riesgo para ambas partes. Si la empleada o la clienta tienen las manos sucias, una infección o una herida abierta, pueden crear un caldo de cultivo para gérmenes y bacterias. bacterias multiplicarse y propagarse. Se recomienda a los empleados que se laven las manos con regularidad, para desinfectar las manos de sus clientes antes de trabajar en ellas, y evitar trabajar en uñas infectadas para minimizar el contagio.
Sin embargo, el riesgo aumenta aún más debido a problemas de salud pública, como la actual pandemia de COVID19, ya que las gotitas respiratorias infectadas pueden liberarse al aire al hablar, toser y estornudar en un radio de 2 metros. Ahora es esencial que los técnicos de uñas lleven EPI en todo momento, aumentar la regularidad del lavado de manos. Los técnicos también deben evitar tocar cualquier objeto personal de los clientes para ayudar a minimizar aún más la propagación de COVID19.
La higiene no sólo es importante para los clientes. Hay muchos factores que, si no se tratan adecuadamente, pueden tener repercusiones negativas duraderas en los empleados. Los salones de manicura tienen muchas productos químicos in situ, van desde los productos químicos de los barnices hasta los decapantes y pegamentos. Muchos de estos productos pueden producir vapores que permanecen en el aire, a veces acompañados de olor, pero a veces no. Esto puede engañar a los trabajadores, ya que pueden estar respirando accidentalmente grandes cantidades de vapor sin darse cuenta. Aunque estos productos químicos no suelen ser nocivos a corto plazo, una exposición prolongada a ellos sin la protección necesaria puede causar problemas de salud, como afecciones respiratorias y cutáneas. Además de los vapores, en los salones de manicura suele haber mucho polvo en el aire procedente del limado de las uñas. Esto puede ser especialmente problemático, ya que las partículas de polvo tienden a estar cerca de la cara del técnico de uñas y pueden causar irritación de los ojos, la nariz y la garganta. Para que el salón sea lo más seguro posible para los trabajadores y los clientes, se aconseja que los empleados lleven mascarillas en todo momento para protegerse de las partículas de polvo en el aire. Sin embargo, las mascarillas no protegen totalmente de los vapores, por lo que debe utilizarse un extractor de sobremesa para alejar el polvo y los vapores de la zona inmediata del técnico.
Si se respetan unas normas de higiene adecuadas, los salones de manicura pueden ser perfectamente seguros y éste debe ser el objetivo de un salón. Las clientas que tengan una experiencia positiva y no sufran problemas de salud serán clientas que volverán y que podrán aumentar la reputación del salón. Del mismo modo, los técnicos de uñas que se sientan seguros en el lugar de trabajo y no sufran problemas de salud a largo plazo, prosperarán, idealmente tendrán una larga carrera y beneficiarán al salón en los años venideros.